ASMUAN   nace   como resultado de   uno de los primeros programas de vivienda por Autoconstrucción que se ejecutó en el Municipio de la Ceja; 44 familias se convirtieron  en los  primeros  en  ensayar  esta  modalidad  de adquisición  de  vivienda  en el Municipio, recibieron las casas  y empezaron a habitar allí,  desde finales de 1988, previamente ya habían definido que el Barrio se llamaría la Antioqueñita”.

“Después de que se entregaron las casas y ya cumplido el objeto básico de la Asociación de vivienda, lo que había sido un comité de Mujeres durante la etapa de construc ción de las viviendas, decidieron transformarlo y crear la Asociación de Mujeres la Antioqueñita , “ por lo novedoso y exitoso del proceso en la construcción del barrio, muchas instituciones querían  conocerlo;  nos  visitaron  la  secretaría  de  Desarrollo  del  Departamento  y  del Municipio  de  la  Ceja,    quienes  manifestaron  que  si fueron  capaces  de construir  un proyecto como esos, seguramente podíamos sacar adelante cualquier otro proyecto, allí empezó  todo,   porque de  inmediato les pedimos que entonces nos capacitaran en un tema específico que ya nosotros habíamos escogido (elaboración de conservas) para lo cual recibimos respuesta favorable inmediata. Fueron 3 meses de septiembre a diciembre del año  1990,  en los que 44 personas  , previamente  seleccionadas en todo el barrio mediante  encuestas,  estuvimos  capacitándonos  en lo que queríamos;  preparación  de conservación de alimentos, principalmente de las frutas.

Una vez ya capacitadas,  la que era   promotora social del Municipio de la Ceja en ese entonces y quien se había empeñado en sacarnos adelante; nos invitó en una feria de las flores a que expusiéramos nuestros productos en la plaza; aquella vez seguramente por la falta de costumbre  a muchas les dio pena y no salieron  digamos que allí comenzó a depurarse  el  grupo  porque  con  las  que  asistieron  fue  con las que decidimos  seguir

adelante, que fueron durante mucho tiempo 9 mujeres, la gente nos fue conociendo y se fueron  sumando  otras hasta que completamos  12 que fue el numero con el  que nos registramos  en la Gobernación.

En cuanto al avance debo reconocer que no ha sido fácil; como no se veían resultados, las asociadas   se retiraban  y  volvían  cuando  aparecía  alguna  oferta  de  empleo,  eso también nos sirvió para ir conociendo y clasificando las asociadas para que finalmente se quedaran con nosotros las de más sentido de pertinencia y  las que  a nuestro juicio se merecían  estar  allí.,  Sin  los  recursos  que  existen  hoy,  en  aquellos  tiempos  difíciles seguimos   trabajando   y  en  nuestras  casas,   hacíamos  las  mermeladas  en  estufas eléctricas, nos inclinamos por este producto porque era lo que más gustaba, la promotora social del municipio nos ayudaba a venderlos entre la gente de la Alcaldía, vendimos sin licencia durante tres años. Era tan bueno el producto, que la gente decía que estábamos reempacando, no creían que nosotros lo hacíamos; allí vimos la necesidad de tramitar y logramos conseguir la licencia clase 2 de ámbito departamental. Para darnos la licencia nos exigieron local independiente, fue así como entre todas adecuamos un apartamento en  el  barrio  la  antioqueñita  y  allí le pagamos  arriendo  a una de las asociadas,    así estuvimos un tiempo hasta que nos pidieron el local y nos tocó pasarnos para la casa mía”, agregó Doña Mery.

La falta de constancia  de algunas  integrantes  del grupo,  nos ha puesto en riesgo  de desaprovechar  algunas  oportunidades,  así por  ejemplo:  “en  el  año  1996,  una  amiga presento un proyecto a través del IDEA,  por 11 millones de pesos y nos lo aprobaron pero en ese momento solo habían dos personas en el grupo, de inmediato y con el fin de que no se perdiera esta oportunidad, logramos reincorporar 6 asociadas que nuevamente, permanecimos  juntas   durante varios años; la Hermana Lucila Maldonado, una religiosa de la comunidad del buen Pastor, nos ayudó a contactar con otra empresa de Medellín por medio de la cual conocimos 2  ingenieras de alimentos que nos enseñaron a hacer jalea de guayaba, una salsa por kilos, ellas se convirtieron en intermediarias y después nos dejaron contactadas con AVINCO concesionario de KOKORICO; a esta empresa le prestamos servicio de maquila durante 8 años, le mandábamos la producción en taxi, una o  dos  cajitas  semanales.  En  una  ocasión  me  encontré  con  un  amigo quien estaba trabajando  en el Municipio y   que ya nos conocía, él nos hizo el contacto para que un

estudiante  de  Eafit  viniera  a  hacer  la  práctica  aquí  a  la  Antioqueñita,  y  con  él, aprovechando  los equipos  que ya teníamos y un proyecto del fondo de  Canadá  para iniciativas locales, solicitamos membrecía para producir trozos de  piña  calada en kilos, Avinco, nos hacia pedidos de 400 – 500 kilos cada 8 días, durante 8 años nos apoyaron, en el 2006, cambiaron el jefe de esa planta, la administradora nueva nos quitó el contrato con argumentos que no nos convencieron, parece ser que llegó con su nuevo proveedor. Con esa decisión  otra vez se acabó  la empresa  porque  ese era el único contrato y generaba ingresos de un día semanal para 18 personas.

Hubo un momento en que Yo otra vez quede sola pero al igual que ya lo había hecho,  me propuse   a no dejar  caer  la empresa,    por lo que invite a otras personas  a  que se vincularan y luchar por este sueño que un día emprendimos 12 mujeres verracas, sé que lo vamos a lograr, porque si Cristo, con 12 apóstoles fue capaz de crear un movimiento que  revolucionó  la  historia  del  mundo,    porque    9   mujeres  cabeza  de familia  que construyeron su propio hogar no vamos a ser capaces de  consolidar este sueño colectivo que  se  basa  en  los  mismos  principios  de  Fe,   Esperanza  y  Solidaridad”?  agrega entusiasmada, es suficiente para generar por lo menos 12 empleos permanentes.

La empresa tienen registrada una marca que se llama “del Tambo” y código de barras hasta el 2030, así mismo somos conscientes de la importancia de los registros Invima que debemos  cuidar  de los productos;  hemos  sido ganadoras  en el  concurso  antójate de Antioquia con los Cubos de café y panela, jalea de uchuva y  tomate de árbol en el año 2010 y 2011 respectivamente.

Doña Mery, la Antioqueñita  soy Yo, pero en este caso Yo personaliza con el mismo entusiasmo, a las 9 mujeres que hoy existen y que de la mano de esta líder social se proponen demostrar que si cuentan con un punto de apoyo y ganas para salir adelante.